Entre éxodos y exilios
he logrado ser indulgente con el paladar,
me filtre entre los hastíos
de la soledad en su andar.
La primavera y su lengua esquiva
se refugiaron en el solsticio invernal,
entre la brisa y la sonrisa pasiva
me delineo fuera de lo carnal.
Conseguí la paz en silencio
dentro de mis gritos ahogados,
y el insípido vino rancio
se esfumó con los abnegados.
Aunque mi verbo no corte el aire
mi rostro destroza las frialdad,
pues la oscuridad ya no es mi madre
y el amanecer acude a mi caridad.
Soy palpable en lo metafísico
he logrado ser indulgente con el paladar,
me filtre entre los hastíos
de la soledad en su andar.
La primavera y su lengua esquiva
se refugiaron en el solsticio invernal,
entre la brisa y la sonrisa pasiva
me delineo fuera de lo carnal.
Conseguí la paz en silencio
dentro de mis gritos ahogados,
y el insípido vino rancio
se esfumó con los abnegados.
Aunque mi verbo no corte el aire
mi rostro destroza las frialdad,
pues la oscuridad ya no es mi madre
y el amanecer acude a mi caridad.
Soy palpable en lo metafísico
aunque persistan los tibios,
mi solsticio es onírico
entre éxodos y exilios.
mi solsticio es onírico
entre éxodos y exilios.
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